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lunes, 30 de abril de 2012

Preludio para desnudar a una mujer

Vicente Quirarte


Preludio 
para desnudar a una mujer

Que esté, de preferencia, muy vestida.
Por eso es importante que las medias
sigan cada contorno de sus muslos: que disfruten
la pericia, el estilo del tornero
que supo darles curva de manzana,
maduración de fruto al punto de caída.
Goza de la tela perfumada
encima de los jabones y los ríos.
Acaríciala encima: su vestido
es la piel que ha elegido para darte.
Primero las caderas:
es la estación donde mejor preparas
el viaje y sus sorpresas. Cierra los ojos.
ya has pasado el estrecho peligroso
que los manuales llaman la cintura
y tus manos se cierran en los pechos:
cómo saben mirar, las ciegas sabias,
el encaje barroco de la cárcel
que apenas aprisiona dos venados
encendidos al ritmo de la sangre.
Si los broches y el tiempo lo permiten,
anula esa defensa: mientras miras sus ojos
deslízale el sostén. Y si protesta
es tiempo de estrecharla.
Acércala a tu boca y en su oído
dile de las palabras que son mutuas.
En un ritmo creciente, pero lento,
trabaja con los cierres, las hebillas,
los bastiones postreros de la plaza.
Aléjate y admírala: es un fruto
que pronto será parte de tu cuerpo
y tu sed de morderla es tan urgente
como la del fruto que anhela ser comido.
Has esperado mucho
Y tienes derecho a la violencia.
Deja que la batalla continúe
y que el amor condene a quien claudique.

                               

Ariel Montoya


           Tarde

A Ruth Eugenia Jirón Torres
He filtrado a la tarde
el sitio donde tu figura suspendió el tiempo.
El escondite
donde los calendarios estrujaron
las citas mañaneras
-tempranas ejecuciones de los veinte
y principios-.
En tu último vestido lila,
se detallan bordados los signos alucinantes
de un tráfico de estrellas,
espectacularmente solidarias
con los preceptos
de mi memoria
más virgen que tu primer compromiso con la aurora.
Junto a la avenida principal
de tu paisaje
he concertado una cita
a lo largo y ancho de este instante,
para que este amor
trepe vertical más arriba de los tejados
y donde vos y yo cada noche,
apaguemos el botón
indiscreto de la luna
para meternos en nuestro abrazo.
He filtrado a la ciudad
tu nombre,
y una caravana
de pedernales
se ha desparramado
por sus calles.
He filtrado a la tarde el sitio
donde tu figura suspendió el tiempo,
y el presente
es una emboscada
luminosa
perpetuada de eternidad.

sábado, 28 de abril de 2012

Guillaume Apollinaire


El adiós


Recogí esta brizna en la nieve
Recuerda aquel otoño
                                       En breve
No nos veremos más
                                       Yo muero
Olor del tiempo brizna leve
Recuerda siempre que te espero

Versión de Andrés Holguín


viernes, 27 de abril de 2012

Ariel Montoya



                                Verguenza
Nunca llegaste a través de la tarjeta postal
ni me anunciaron con pretextos saludos
que tu palabra
tu canto y tu persuasivo aliento de prodigioso olor
rondaba inadvertido entre milagros.
Me reconozco culpable de que jamás mi exilio se
consoló con tu recuerdo.
Cómo se nos fueron los años,
cómo se te desgranó la inocencia
cómo has germinado en madre, en mujer. En otra.
Cómo yo también me fui a través del tiempo esculpiendo
en anónimos rostros hasta esta otra cara que hoy te enfrenta.
Casi niños,
se nos cuajó el deseo en verdes besos
que después maduraron en la frontera de otros labios.
No podría imaginarte como eras antes,
no podría mañana, imaginarte como eras ahora
¡no nos habita ningún presente puro!
para esta vergüenza de apagados y moribundos rubores.



Voy a nombrar las cosas

VOY A NOMBRAR LAS COSAS

Voy a nombrar las cosas, los sonoros altos que ven el festejar del viento,los portales profundos, las mamparas cerradas a la sombra y al silencio.


 Y el interior sagrado, la penumbra que surcan los oficios polvorientos,la madera del hombre, la nocturna madera de mi cuerpo cuando duermo.


 Y la pobreza del lugar, y el polvo en que testaron las huellas de mi padre,sitios de piedra decidida y limpia, despojados de sombra, siempre iguales.


Sin olvidar la compasión del fuego en la intemperie del solar distante ni el sacramento gozoso de la lluvia en el humilde cáliz de mi parque.


Ni el estupendo muro, mediodía,terso y añil e interminable.


Con la mirada inmóvil del verano mi cariño sabrá de las veredas por donde huyen los ávidos domingos y regresan, ya lunes, cabizbajos.


 Y nombraré las cosas, tan despacio
que cuando pierda el Paraíso de mi  calle y mis olvidos me la vuelvan sueño,pueda llamarla de pronto con el alba.


Eliseo Diego

Elíseo Diego



Asombro


Me asombran las hormigas que al ir vienen
tan seguras de sí que me dan miedo
porque están donde van sin más preguntas
y aunque asomos de vida son perfectas
si minúsculas máquinas que saben
el dónde y el adónde que les toca
y a la muerte la ignoran como a nada
si no fuese tan útil instrumento
con que hacer de lo inerme nueva vida.

Pero aunque agrande su minucia viva
el azoro redondo en que las miro
y me apena que no se sepan nunca
tal como son en su afanarse oscuro
ya tan inmemorial como la Tierra

más me asombra mi pena y me convence
de que saberse el ser bien que la vale
aun cuando el precio sea tan alto como
el enorme silencio de allá afuera.